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El antes y el después

¡Hola queridos lectores! ¿Cómo estamos? Yo, contento, porque hoy estoy un pasito más cerca de tener la cuarta novela lista :) En mi email anterior les comenté que había impreso el manuscrito para revisarlo y que seguramente acabaría todo ajado y lleno de tinta roja. Bueno, hoy les quiero mandar un par de fotos que muestran que lo decía en sentido literal. Foto número uno: el antes y el después.

Así estaba el manuscrito recién salido de la impresora y así terminó después de la revisión (para aquellos que se pregunten por qué le hice los agujeros en ese lugar tan extraño y por qué lo até con hilo choricero, la única respuesta que tengo es que quise innovar y me salió mal. Muy mal, de hecho, porque pasar las páginas fue incomodísimo). Por cierto, dicen que una imagen vale más que mil palabras. Bueno, en este caso son diez mil las palabras que le agregué durante la revisión. Muchos autores eliminan palabras mientras revisan, pero mis primeros borradores tienden a ser escuetos, así que tengo que agregar cosas. Eso sí, la siguiente revisión la hago con la tijera entre los dientes, a recortar o morir.

Foto número dos: Tinta roja.

Además de ser el nombre de un tango, es la descripción perfecta de cómo quedaron algunas páginas de este primer borrador. Acá les dejo como ejemplo una de las más perjudicadas. Por suerte hubo otras que salieron más airosas (eso sí, ninguna de las casi doscientas terminó sin ninguna marca).

Así que ahora el manuscrito ya está listo para volver a ser impreso y pasar a manos de Trini (que sé que dejará algunas páginas aún peores que la de la foto). Mientras ella lo revisa, yo intentaré tomar distancia de la historia, probablemente planeando la siguiente. Muchos de ustedes respondieron a mi email anterior preguntando cuándo estará lista esta novela. Creo que recién ahora estoy en condiciones de dar una fecha estimada: mi objetivo es que esté todo finiquitado para mediados de año. ¿No falta tanto, no? En cuanto al título, todavía no tengo el definitivo. Por ahora la sigo llamando El coleccionista de flechas, aunque el otro día se me ocurrió La colección infame. Aunque no sé, "infame" no es un adjetivo que me termine de convencer.

Bueno, queridísimos, les mando un abrazo de oso y espero volver a escribirles pronto con más detalles de mis locuras como escritor. ¡Gracias por leerme! Cristian

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